¿Sabías que Phillip Zimbardo, amigo de Milgram, otro peculiar personaje de la psicología social, presidente de la American Psychology Association, llevó a cabo un experimento con un grupo de la Stanford University en 1971, donde los voluntarios (24 estudiantes universitarios), jugarían papeles ficticios de guardias y prisioneros?. Los prisioneros fueron detenidos por policías reales y sometidos a un arresto muy parecido al que ocurre en la vida cotidiana. El experimento, patrocinado por la Armada de los Estados Unidos de América, tuvo que ser abortado antes de llegar a su fin una vez que fue cuestionada su calidad moral. En la prisión instalada en el sótano del Departamento de Psicología de la Universidad, los niveles de violencia y de tortura fueron en aumento e incluso se desataron situaciones de venganza entre los participantes. En algún momento, el patético Zimbardo intentó trasladar el experimento a una sede de policía real, pero afortunadamente no obtuvo la cooperación de la misma policía. Su experimento, como el de Milgram, desató, afortunadamente, encendidas discusiones sobre cuestiones éticas en la forma de hacer investigación en psicología social. Sus inciertas y cuestionables conclusiones apuntaron al reforzamiento de la atribución situacional a partir de la cual se supone que son las situaciones lo que determina las conductas de los individuos y no necesariamente sus personalidades. Zimbardo afirmó haberse inspirado en la película titulada Cool hand Luke (1967), en español La Leyenda del Indomable. En esta película (donde actúa Paul Newman), se muestra la, digamos, tenacidad de un ebrio prisionero arranca parquímetros frente a los castigos de los guardias que lo llevan a convertirse en un ídolo de los demás presidiarios. Por su parte, el experimento de Zimbardo parece haber inspirado una novela titulada Black Box (1999) de Mario Giordano la cual, a su vez, fue adaptada para el cine por el alemán Oliver Hirschbiegel en su debut con la peícula Das Experiment (2001), en español El Experimento. El director alemán declaró: “ Hice investigación sobre los experimentos de las Prisiones de Milgram y Stanford y encontré dos o tres cosas que quería poner en la pantalla. Por ejemplo, la escena en donde usan extinguidores para calmar a los prisioneros durante el motín, no está en la novela. Eso y la manipulación del científico sucedió en realidad. El juego del gato y el ratón es algo que Milgram hizo con sus voluntarios. Quería incluir eso en la película también". A pesar de los cuestionamientos éticos que puedan realizarse a este experimento, el ofendido Zimbardo declaró haberse sentido "perturbado" con las escenas contenidas en la película y que se muestran sucesos que nunca ocurrieron en el experimento dirigido por él. Incluso ha llegado a calificar la película de sexista y de haber ofrecido violencia y sexo gratuitos para poder cautivar al público, no sin antes afirmar que la película es irresponsable.

Dicho sea de paso, hasta el mismo Erich Fromm - ningún experto en métodos y técnicas de investigación psicológica  -  pareció percatarse de la imposibilidad de generalizar los resultados de Zimbardo.

Podríamos preguntarnos ¿Hasta dónde podemos considerar que Zimbardo o Milgram eran un par de morbosos bastante ingeniosos que profesionalizaron sus inquietudes y las llevaron al laboratorio?

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